Luego, a Ana no le habían puesto el nombre en el billete y tuvimos que salir de allí, que el hombrecillo de la facturación le pusiera el nombre, volver a pasar por los coleccionistas de mecheros, geles, y todo tipo de líquidos/viscosos y llegar otra vez a los comprobantes de los pasaportes. Despues de una cola (jijiji) bastante larga (jijiji): rayos X. Hasta los zapatos tuvimos que pasar por el detector. Nos acordamos de la tortu porque realmente es falsa seguridad, en fin, a Ana la cachearon; eso que se llevó p'al cuerpo.
Luego, una vez en el aeroplano, resulta que nos contaban y éramos uno de más de los que debíamos ser. Había más gente en el avión que billetes cortados. Menos mal señorita, estoy mucho más tranquila sabiendo que alguien se ha colado en el avión. La cosa nadie sabe cómo se resolvió pero el caso es que, después de ser contados por diez personas diferentes (es chungo contar hasta 170 en inglés, no todo el mundo sabe eh???) , enseñar varias veces nuestros resguardos de los billetes, etc, salimos de allí y nadie ni se bajó del avión ni nada de eso.
Ya estamos en Girona. Hoy por fin ha hecho buen tiempo así que... La niña ha estrenado el mar esta temporada. Me ha encantado y, aunque haya sido la única del barco que se ha lanzado, me lo he pasado genial.
Un beso para todos, la semana que viene ya toca aterrizar en la rutina de los madriles.